Discurso pronunciado por el Sr. Presidente de la Comunidad de Bardenas Reales de Navarra

Majestades:

En nombre de las entidades que componen nuestra Comunidad: de las ciudades, de los pueblos, de los valles y del Monasterio de la Oliva, quiero daros de todo corazón las gracias por Vuestra presencia en este acto y por Vuestra voluntad de compartir con nosotros la celebración del 300 aniversario de la Real Cédula de Vuestro ilustre antepasado, el Rey D. Felipe V de Castilla y VII de Navarra. Y también quiero agradecer Vuestra presencia por la importancia histórica que este acto representa para el presente y el futuro de nuestra Comunidad.

El texto, tres veces centenario, que figura en el pergamino que nos habéis entregado estableció:

“hacer gracia y merced a las dichas Comunidades del goce de las Bardenas Reales perpetuamente, con la calidad de que no comunicará Su Majestad el referido goce, ni le dará en adelante a otra Comunidad ni persona particular, habiendo de quedar privativamente para las veinte y dos Comunidades que al presente la tienen”

Todos vuestros antecesores en el Trono respetaron este título tal y como lo demuestran documentos y sentencias, pero nunca hasta hoy hemos tenido la satisfacción de recibir a los Reyes de España en las Bardenas y en la sede social de su Junta. Por eso, tras este gesto generoso que hoy protagonizáis, las Bardenas de Navarra seguirán ostentando con más razón que nunca su título de Reales, título que siempre han mantenido como muestra de su esencia y de su razón de ser.

Comunidad o Junta de Bardenas que gestiona una tierra, antaño de bandoleros y leyendas, de pastoreo y trabajo, lugar de litigio entre reinos fronterizos, las Bardenas Reales son hoy uno de los espacios naturales más singulares y complejos de Navarra.

El silencio de su entorno, sus paisajes sin fin, sus colores rojos y amarillos, hacen de este espacio un lugar de sueños, donde castillos, barrancos y laberintos de tierra que configuran extrañas figuras esculpidas por el viento y el agua, un territorio que hoy está abierto a la admiración de todos los visitantes.

Pero además, para muchos de sus moradores, los vecinos de los pueblos que hoy reciben la ratificación de Vuestras Majestades, las Bardenas son mucho más que el primer desierto de Europa. Para nosotros son parte de nuestras vidas y es por ello que, en correspondencia a la confianza otorgada por los Reyes de España, hemos cumplido con nuestro deber de mantener y respetar un territorio singular. Un territorio que por sus especiales condiciones biológicas y por sus fórmulas de aprovechamiento acordes con el respeto a su biodiversidad y por su programa de desarrollo sostenible, han supuesto no sólo que el Parlamento de Navarra le reconociera, por Ley Foral, su condición de Parque Natural, sino que además UNESCO lo declarara Reserva de la Biosfera el 9 de noviembre de 2000.

La fecha de hoy, Majestades, quedará escrita en letras de oro en nuestra historia, pero también será una referencia para el futuro. La Real Cédula de 1705 trajo la paz a las Bardenas, una paz que no siempre es fácil de mantener aunando el criterio de veintidós entidades diferentes, pero que es la paz bardenera, envuelta de biodiversidad, que hoy representa a Vuestras Majestades junto con las gentes de nuestros pueblos. Una paz que deseamos para Navarra, para España y para todo el mundo.

Muchas gracias

Tudela, 25 de Mayo de 2005

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Informa: Comunidad de Bardenas Reales de Navarra Fotos: CBRN

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