LAS BARDENAS. Historia y leyendas en un paisaje irrepetible

Los Reyes de España tendrán ocasión de admirar el próximomiércoles un paisaje singular. Pero las Bardenas no son sólo un paisaje. Bajo la superficie árida y atormentada se esconden episodios destacados de la historia de Navarra y de España, costumbres que se convirtieron en leyes, ruinas de viejos castillos, leyendas de bandoleros, una fauna a veces inverosímil y una geografía casi siempre sorprendente.

Extensión. Las Bardenas Reales conforman un territorio de 418,45 kilómetros cuadrados, equivalente al 4,07 de Navarra. Geográficamente se encuentran entre los valles del Ebro y el Aragón y entre la sierra del Yugo y la comarca aragonesa de Cinco Villas. Tienen forma irregular, alargada de norte a sur. Los ejes máximos alcanzan 45 kilómetros de longitud y 24 de anchura.

Términos limítrofes. Las Bardenas limitan al norte con los términos municipales de Carcastillo, Mélida, Santacara, Murillo el Cuende y Caparroso; al oeste, con Villafranca, Cadreita, Valtierra, Arguedas y Tudela; al sur, con Tudela, Cabanillas, Fustiñana y Buñuel; y al este, con los municipios zaragozanos de Tauste, Ejea de los Caballeros y Sádaba.

Etimología. Hay diversas teorías sobre la etimología del topónimo Bardenas, algunas un tanto fantasiosas. La palabra parece derivar del vocablo aragonés «pardina», que significa zona de pastoreo en valles o regiones bajas. La explicación es verosímil si se atiende a los usos actuales. Para otros proviene de «abar-dena» (todo ramaje) o de «barda» (seto o vallado de espinos con el que se rodea un campo o bosque).

Paisaje. Las Bardenas constituyen un paisaje casi desértico. Una intensa y prolongada erosión ha dado lugar a la actual depresión, donde abundan los cerros testigos, preservados de la acción erosiva por la presencia en su parte alta de niveles duros de arenisca, caliza o, incluso, yeso. En los bordes se alza un conjunto de amplias mesetas que resisten a la erosión por estar recubiertas por niveles calcáreos, terrazas colgadas o glacis.

Clima. La aridez es la nota más destacada de la bioclimatología bardenera. La mayor parte del territorio recibe entre 400 y 500 mm anuales de precipitaciones. Las lluvias son muy irregulares: caen en unos 60 días al año y con gran violencia. El calor estival (en torno a 23 grados de media en julio y agosto) y el viento, principalmente el cierzo, que activa la evaporación, contribuyen a aumentar la aridez. El aguacero del pasado mes de septiembre descargó 130 litros por metro cuadrado. En los diez minutos de máxima intensidad llegaron a caer 22 litros.

Historia antigua. Los abundantes yacimientos arqueológicos confirman que en las edades del Bronce y del Hierro hubo en las Bardenas asentamientos humanos. Quizá el clima y la ausencia de cauces de agua motivaron su despoblamiento. El territorio perteneció al Imperio Romano y padeció las invasiones bárbaras. Con la ocupación árabe, las Bardenas fueron uno de los límites o fronteras que separaban el Norte del terreno conquistado. Durante la reconquista los reyes de Navarra se sirvieron de ellas para defenderse y para organizar los ataques contra los musulmanes. La colaboración que prestaron a los monarcas roncaleses o salacencos fue recompensada con la concesión de privilegios en las Bardenas. Nació así la figura de los pueblos congozantes. No todos tenían los mismos derechos: a unos sólo se les permitía pastar y otros podían roturar y hacer leña. El primer documento sobre estos derechos es el concedido en enero del año 882 por el rey Sancho García al valle del Roncal: les reconocía el derecho de herbajear y hacer corrales y cabañas.

La cesión. En el siglo XVIII, al morir el rey Carlos II sin descendencia, se desencadenó la Guerra de Sucesión entre los Austrias y los Borbones. Ganaron los segundos, pero la victoria no eliminó sus carencias económicas, derivadas principalmente de los gastos de guerra. Fue entonces cuando las veintidós entidades que entonces tenían privilegios sobre las Bardenas ofrecieron al virrey 9.000 pesos a cambio de poder gozar a perpetuidad y en exclusiva del territorio. La cantidad final ascendió a 12.000 reales de ocho, pero la real cédula que Felipe V firmó el 14 de abril de 1705 estableció, en efecto, que la cesión del goce de las Bardenas era perpetuo, sin posibilidad de concedérselo a otras personas ni de exigir por él pagos o rentas.

Los congozantes. Hay 22 entidades congozantes: Tudela, Arguedas, Valtierra, Cadreita, Valle del Roncal, Valle del Salazar, Caparroso, Carcastillo, Buñuel, Cabanillas, Mélida, Villafranca, Monasterio de la Oliva, Corella, Milagro, Fustiñana, Santacara, Cortes, Marcilla, Peralta, Funes y Falces.

La Junta General. De acuerdo con las ordenanzas de 1961, los órganos de la comunidad de Bardenas son la Junta General, la Comisión Permanente y el Presidente. La Junta General está compuesta por 22 miembros, uno por cada ente congozante. La representación de cada ente puede recaer en un vecino del pueblo, sin necesidad de que sea miembro del ayuntamiento respectivo o de la junta del valle. Cada ente tiene un voto, con independencia de su número de vecinos. El actual presidente es José Antonio Gayarre.

Bandoleros. Las historias y leyendas de bandidos bardeneros son curiosas y nutridas. Parece ser que al terminar las guerras, algunos soldados licenciados, acostumbrados a las presas y a los botines, se convertían en salteadores de caminos. Esto debió de suceder al terminar las guerras contra Castilla y Aragón, en tiempos de Sancho el Fuerte. El bandido bardenero más famoso fue Sancho Rota, que pasó a la posteridad con el apodo de Sanchicorrota. A A mediados del siglo XV, aprovechando que las tropas guerreaban en las luchas de agramonteses y beaumonteses, Sanchicorrota fue dueño y señor de toda la comarca. Con su cuadrilla de unos treinta hombres a caballo, perpetró saqueos, secuestros y rapiñas, y se le consideró rey absoluto de las Bardenas y de los pueblos limítrofes. Hacia 1452, Juan II organizó un verdadero ejército que cercó y aniquiló a sus partidarios. Sanchicorrota se suicidó con un puñal. Su cadáver fue llevado a Tudela y colgado en una horca.

El polígono de tiro. El origen del polígono de tiro tiene relación con José Daniel Lacalle Larraga (1897-1981), que fue teniente general y ministro del Aire además de valtierrano, y que habló al Alto Estado Mayor de un terreno cercano a su pueblo que quizá podría utilizarse para las prácticas de los pilotos. El contrato suscrito con el Estado se firmó en 1951 para 25 años y se renovó por otros tantos en 1976. En 2001 volvió a prorrogarse para siete años, aunque se aumentó el canon que perciben los entes congozantes y el Ministerio se comprometió a buscar «cuanto antes» un espacio alternativo. El polígono de tiro tiene una extensión de 2.244 hectáreas.

Fuentes. Gran Enciclopedia Navarra; El parque natural de las Bardenas Reales (textos de Luis Azpilicueta y José María Domench); Bardenas Reales de Navarra (textos de Alfredo Floristán Samanes); Las Bardenas Reales (textos de Jesús Elósegui y Carmen Ursúa); Plan de Ordenación de los Recursos Naturales de Bardenas Reales de Navarra.

ALGUNAS FECHAS

882. El rey Sancho García recompensa al Valle del Roncal los servicios prestados en la guerra con algunos derechos sobre el territorio de las Bardenas.

1092. El rey Sancho Ramírez concede a Arguedas diversos derechos. La corona irá estableciendo derechos equivalentes con otros municipios, hasta llegar a las 22 entidades congozantes de la actualidad.

1499. El rey Juan de Albret dicta una sentencia que fija las fechas de entrada y salida del ganado.

1705. El rey Felipe V cede a las 22 entidades congozantes el derecho a gozar del territorio a perpetuidad y en exclusiva, a cambio de 12.00 reales de a ocho. Todos los congozantes pasan a tener los mismos derechos. Sólo a partir de entonces se puede hablar propiamente de la Comunidad de Bardenas.

1756. La Corona formula unas ordenanzas para regular los aspectos más conflictivos entre los congozantes (la veda de hierbas, los ganados enfermos, las roturaciones y siembras, etc.).

1820. Las 22 entidades congozantes se reúnen en la basílica de la Virgen del Yugo y redactan -sin intervención de la Corona- las primeras Ordenanzas de la Comunidad de las Bardenas Reales.

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Informa: Diario de Navarra 22/05/05 Fotos: DDN

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