Llevan toda la vida al sol, con frío, calor, viento, lluvia o nieve. Javier Inchusta y
Javier Inchusta Narvaiz tiene 66 años y es natural de Ochagavía. Casado, y padre de dos hijos, ha invertido seis días en desplazar a 725 ovejas desde el valle de Salazar hasta Bardenas Reales. Ayer, entró el primero y dijo que estará unos días pastando en esta zona antes de ir a Ribaforada, donde tiene un hermano.
«Esta profesión cada vez está más complicada. Tengo un hijo y una hija. El hijo trabaja en Noáin y no quiere seguir el oficio del padre. Yo, con 66 años, me estoy planteando retirarme y el año que viene es posible que venda todo el rebaño», comentaba el salacenco.
Inchusta cree que no podrá estar en Bardenas más de quince días. «El verano ha sido seco y hasta en el puerto se notaba la falta de agua. Pero esta situación se viene produciendo casi todos los años. El campo es imprevisible: o no llueve nada, o nos ahogamos», concretó.
Ballent traía sus ovejas desde Ochagavía por Remendía, Alcuaz, Lumbier, Aibar, Cáseda y Carcastillo. El camino ha durado seis días, y a sus 67 años había pasado la última noche al raso, tapado con unas mantas para dormir. «Mi hijo ha descansado en la parte trasera de la furgoneta y yo, como soy viejo, ya tengo la piel curtida como el zorro en su madriguera», comentó.
El poco pasto que hay tampoco pasó desapercibido para el sexagenario de Ochagavía, que el año pasado se llevó un premio de mil euros por presentar el mejor rebaño a la entrada en Bardenas. «El verano ha sido duro, y la sequía se nota en la Ribera y en la Montaña de Navarra. En las Bardenas estaremos unos días, mientras haya pasto y agua. Luego nos trasladaremos al regadío de Valtierra», concluyó.
El 30 de junio de 2007 queda lejos para volver a la montaña.
«Informa: Diario de Navarra. 190906 Fotos: SSLL