Mario Vargas Llosa se dejó seducir por las Bardenas en 2002.
Mario Vargas Llosa ha ganado el Nobel de Literatura el año en que nadie le había llamado para preguntarle si se sentía favorito. Todos los años por las fechas en que la Academia sueca está a punto de conceder el principal galardón literario del mundo, el autor de La ciudad y los perros recibía esas llamadas, y esta vez, cuando al fin lo ganó, el escritor peruano, que también es español de nacionalidad, no estaba ni siquiera en las quinielas. Cuando le llamaron desde Estocolmo, su mujer, Patricia Llosa, creyó que era una broma. La evidencia luego llenó de júbilo al autor, a la familia y a los numerosos lectores de su obra.
La Academia sueca ha resumido con exactitud la enorme importancia de la obra del escritor que una vez aspiró a ser presidente de su país y que, para fortuna de sus lectores, fue apeado de su ilusión por Alberto Fujimori, alguien que luego pasaría a la historia como un delincuente. Dice el jurado que se le concede el Nobel 2010 a Vargas Llosa, de 74 años y cuya obra está publicada por la editorial Alfaguara (Grupo Santillana), «»por su cartografía de las estructuras del poder y sus mordaces imágenes de la resistencia individual, la revuelta y la derrota»».
Mario Vargas Llosa se dejó seducir por las Bardenas en 2002
Mario Vargas Llosa ha visitado Navarra en tres ocasiones. En 1975 conoció los Sanfermines, que volvió a vivir en 2005, cuando fue nombrado Bodeguero Mayor de Navarra. En 2002 se dejó seducir por las Bardenas.
A las pocas horas de conceder el Nobel a los investigadores de grandes moléculas orgánicas, le otorgan el de literatura al escritor que hablaba en la Bardena y en San Fermín de moléculas de luz.
Aseguran que, gracias a las aportaciones de los Nobel de química, hoy se fabrican desde fármacos a bombillas de alta luminosidad; aparentemente lo mismo que debió observar Vargas Llosa en sus tres visitas a Navarra, dos a San Fermín (1975 y 2005) y una a Bértiz y la Bardena (2002): expresiones de luz que curan el ánimo.
Este autor de obras de grandes resplandores enseguida le encontró un par de ángulos muy agradecidos a un recorrido (27-06-2002) por las Bardenas: luz y energía en el paisaje y en el lenguaje. Ante esos fondos de pintura que exhiben los ocres bardeneros y con amarillos de espiga repicando en un silencio lejanísimo, «»el paisaje no permite deslindar lo real de lo irreal»», comentaba. Algo parecido dijo de San Fermín. Acaso a las diez de la mañana la Bardena más meridional le pudo parecer un ventanal hacia las bellas artes -«»una creación cambiante cada hora»», observó- , pero a sus 66 años, a pleno sol, el eterno candidato a Nobel la gozó. Igual porque el arte nos une más que las fronteras culturales, a la fuerza de la tierra y de la luz se fue agregando la del vocabulario de la ribera del Ebro. Escuchaba voces al borde de los farallones como esbarizar (resbalar), estozolarse (caerse), pero sobre todo le marcó un término: congozantes, referido a los entes con derecho a disfrute de los usos tradicionales en este Parque Natural. ¿Cómo es posible que tenga un significado jurídico-administrativo cuando cualquiera pensaría que congozantes son dos amantes?, se preguntaba.
«Informa: Comunidad de Bardenas Reales de Navarra Fotos: CBRN y Diario de Navarra